24h Murcia.

24h Murcia.

Científicos de la Región buscan la dosis perfecta del fármaco para proteger después de un infarto de miocardio.

Científicos de la Región buscan la dosis perfecta del fármaco para proteger después de un infarto de miocardio.

El fármaco desarrollado por un grupo de investigadores de la Región de Murcia ha recibido ayuda del Programa Regional de Transferencia de la Fundación Séneca para que pueda ser comercializado.

MURCIA, 16 Abr.

Un equipo de investigadores busca la dosis mínima efectiva de un fármaco para proteger a pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio. Este proyecto, financiado por la Fundación Séneca a través del Programa Regional de Ayudas a la Transferencia del Conocimiento 'Prueba de Concepto' (PdC) 2023, tiene como objetivo llevar estas investigaciones a un producto comercializable con resultados explotables.

"El objetivo de este proyecto (PdC) es avanzar en el desarrollo de un compuesto, el BC01, que pueda ser un tratamiento efectivo para personas que han sufrido un infarto agudo de miocardio, reduciendo el daño en el músculo cardíaco", explicó el consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, durante su visita al centro donde se está llevando a cabo este proyecto, acompañado por el rector de la Universidad de Murcia, José Luján.

El compuesto en cuestión es un ácido ribonucleico (ARN) de interferencia pequeño (siRNA), que actúa en una de las vías principales que causan inflamación en el miocardio después de un infarto agudo, evitando que esta inflamación provoque daños irreparables en el corazón. El tratamiento tiene como objetivo controlar y reducir el daño cardíaco para mejorar el pronóstico del paciente y facilitar una pronta recuperación después de un infarto agudo de miocardio.

El proyecto cuenta con la colaboración de la EBT Biocardio S.L., spin-off de la Universidad de Murcia, fundada en 2020 por los doctores Antonio Lax y Domingo Pascual, junto con la doctora María del Carmen Asensio, los investigadores que descubrieron esta nueva vía terapéutica. Este grupo de investigación forma parte del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB).

Antonio Lax, investigador Ramón y Cajal en la Universidad de Murcia y principal investigador del proyecto; el profesor Domingo Pascual, catedrático de Cardiología en la UMU y jefe del Servicio de Cardiología en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca; y María del Carmen Asensio, investigadora del Programa Torres Quevedo en Biocardio son los responsables de este importante avance en el tratamiento de infartos.

El Programa Regional de Transferencia de la Fundación Séneca, que ha financiado más de cien proyectos en los últimos cinco años, tiene como objetivo acelerar la transferencia de conocimientos de los equipos de investigación a la economía y la sociedad lo antes posible. Este proyecto en particular tiene un gran potencial para impactar positivamente en la salud cardiovascular, llevando soluciones del laboratorio al paciente.

La investigación que dio origen a esta prueba de concepto se ha desarrollado durante la última década con un enfoque en la acción de biomarcadores relacionados con el remodelado cardíaco adverso después de un infarto de miocardio, y su aplicación clínica. Esta línea de investigación, respaldada por publicaciones de alto nivel internacional, resultó en una patente de invención y uso terapéutico que actualmente está protegida a nivel mundial.

El único tratamiento disponible actualmente después de un infarto agudo de miocardio se basa en la apertura de la arteria coronaria obstruida para restaurar el suministro de oxígeno y limitar el daño al corazón. Sin embargo, esta intervención solo es efectiva si se realiza en las primeras dos horas desde el inicio de los síntomas, lo que deja a la mayoría de los pacientes con daños en la estructura y función cardíaca, con consecuencias significativas a largo plazo.

En caso de que el fármaco desarrollado tenga éxito en su comercialización, el mercado objetivo sería de aproximadamente 80,000 personas cada año en Europa y Estados Unidos. Las nuevas terapias con ARN están revolucionando la forma en que se trata a los pacientes, como se demostró con la vacuna contra la COVID, y con tratamientos ya disponibles como el Inclisirán, que puede reducir eficazmente el colesterol con una inyección cada seis meses.