En un operativo de gran envergadura, la Policía Nacional ha llevado a cabo la desarticulación de un sofisticado grupo criminal de origen colombiano que operaba en diversas provincias del país. La acción policial ha resultado en la detención de cinco individuos en Madrid y Murcia, mientras que se ha imputado a dos más que ya estaban cumpliendo condena en prisión. Hasta el momento, se ha esclarecido un total de 12 delitos que este grupo cometió a lo largo y ancho de España.
Este grupo delictivo se especializaba en robos con fuerza contra representantes de la industria joyera, utilizando métodos de operación que incluían tácticas de distracción y maniobras intimidatorias. Los ladrones no solo se limitaban a asaltar a sus víctimas, sino que también realizaban hurtos en sucursales bancarias, donde ponían en práctica técnicas como "el pinchazo" o "la siembra", que les permitían ejecutar sus fechorías de manera más efectiva.
Los detenidos tomaban medidas extremas para asegurarse de no ser identificados. Ropa disfrazada, vehículos alquilados con documentación falsa y un modus operandi que incluía abandonos rápidos de las localidades donde perpetraban los delitos hacen que su trabajo fuera meticulosamente planificado. En este sentido, el uso de tecnología avanzada para el seguimiento de sus objetivos era parte integral de su estrategia delictiva.
La investigación comenzó en agosto, al recibir informes sobre un grupo criminal itinerante compuesto por individuos sudamericanos, quienes estaban presuntamente involucrados en delitos contra la propiedad. Con el paso del tiempo, las indagaciones revelaron que esta organización había llevado a cabo numerosos robos tanto a nivel nacional como internacional, utilizando ferias y eventos especializados en joyería como plataformas de localización de sus próximas víctimas.
Las cadenas delictivas se extendían por varias ciudades, desde la capital hasta localidades como Denia, donde se registró el primer robo detectado en abril. Desde entonces, los investigadores documentaron una serie de robos que incluyeron la sustracción de monedas de alto valor histórico en Madrid, así como joyas valiosas en Valencia y Burgos.
La operación ha permitido aclarar la dinámica de cómo operaban estos criminales. La estrategia consistía en seleccionar blanco potencial, seguirlos para hallar el mejor momento para actuar, y luego distraerlos con maniobras ingeniosas antes de ejecutar el robo, ya sea tomando las pertenencias directamente o forzando los vehículos de las víctimas. Este enfoque meticuloso les permitió hacerse con importantes cantidades de dinero y joyas que, posteriormente, eran vendidas en el mercado negro, contribuyendo a un flujo económico hacia Colombia.
Los agentes, al ir desentrañando la estructura y modus operandi del grupo, notaron que se coordinaban de manera eficaz mediante el uso de dispositivos móviles y auriculares, lo que les permitía una dispersión rápida y organizada tras cada atraco. Esta coordinación fue clave para llevar a cabo robos impresionantes, como el ocurrido en Murcia donde sustrajeron joyas valoradas en más de 340.000 euros y un arma de fuego.
A medida que la investigación avanzaba, los agentes lograron desmantelar más de 12 incidentes relacionados con este grupo, con operaciones que abarcaron varias provincias: Madrid, Alicante, Valencia, Cádiz, Málaga, Murcia y Lugo. El uso de transporte público en Madrid y la intención de no dejar huellas mediante la utilización de documentos falsos fue parte de su estrategia para evitar ser atrapados.
A finales de octubre, un operativo nacional logró la detención de cuatro de los implicados durante un registro en Madrid, donde se recuperaron diamantes, esmeraldas, dinero en efectivo, documentos falsos y artículos que se utilizaban para disfrazarse durante los robos. Mientras tanto, en Murcia, se produjeron otras detenciones, aumentando la cifra de arrestos y la desarticulación de esta peligrosa red criminal.
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