El Hospital General Universitario Santa Lucía en Murcia ha dado un paso significativo hacia la mejora de la detección de la desnutrición infantil. La Unidad de Nutrición Infantil del servicio de Pediatría ha implementado una avanzada valoración morfofuncional como parte de su cartera de servicios, buscando anticiparse a la desnutrición en los más pequeños.

Esta innovadora herramienta optimiza la manera en que los profesionales de la salud pueden ofrecer intervenciones nutricionales a los niños hospitalizados. En este esfuerzo, la doctora Ana Pizarro Ruiz, una pediatra con especialización en nutrición clínica, se ha unido al equipo multidisciplinario de la unidad, aportando su valiosa experiencia.

La nueva metodología no solo se aplicará a los pacientes internados, sino también a aquellos en tratamiento ambulatorio, incluidos niños sanos que son referidos por Atención Primaria para detectar de manera preventiva cualquier alteración en su nutrición. Además, se enfocará en aquellos menores que están en condiciones críticas o que padecen enfermedades crónicas, garantizando un tratamiento nutricional adaptado a sus necesidades específicas.

La adopción de esta tecnología diagnóstica avanzada representa un avance crucial en el tratamiento de la desnutrición pediátrica. Con ella, se pretende no solo abordar la condición de forma más efectiva, sino también prever su aparición, mejorando la respuesta metabólica al tratamiento médico y elevando el pronóstico de salud de los niños en tratamiento.

Así, el complejo hospitalario de Cartagena refuerza su compromiso con una atención pediátrica completa basada en evidencia científica, enfocándose en la mejora de la calidad de vida de los niños más vulnerables.

Es fundamental recordar que la infancia es una etapa de alta vulnerabilidad nutricional. Diversas enfermedades, tanto agudas como crónicas, pueden incrementar el riesgo de desnutrición entre los niños, lo que a su vez puede elevar la morbilidad y mortalidad, así como extender las estancias hospitalarias.

En este contexto, la valoración morfofuncional se presenta como un enfoque integral que trasciende las mediciones habituales de peso y talla. Esta herramienta permite estimar de manera precisa los depósitos energéticos y proteicos, así como analizar la composición corporal, el metabolismo y la funcionalidad muscular. Las técnicas utilizadas en este proceso incluyen la antropometría, que mide pliegues cutáneos y perímetros corporales en relación con los estándares de crecimiento.

Adicionalmente, se utilizan herramientas como la calorimetría indirecta, que calcula el gasto energético en reposo, y la ecografía nutricional, capaz de cuantificar la masa muscular y la grasa corporal con alta precisión, asegurando un abordaje científico y riguroso en la evaluación nutricional infantil.