El Grupo de Ecología de Angiospermas Marinas (GEAM) del Centro Oceanográfico de Murcia, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO) y al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha presentado un informe que destaca la falta de recuperación de las praderas marinas en el Mar Menor.
Según Juan Manuel Ruiz, el investigador a cargo del proyecto, los estudios de cartografía submarina realizados por el equipo del IEO indican que desde 2019, tres años después del "colapso" del ecosistema lagunar, las praderas de Cymodocea nodosa (entina) no han mostrado signos de recuperación.
A pesar de esto, las praderas de alga verde Caulerpa prolifera ('oreja de liebre') en el Mar Menor sí han logrado recuperarse y mantenerse desde hace cinco años, tal como revelan las actualizaciones del mapa de distribución de las praderas marinas realizado por el IEO desde 2014.
Para llevar a cabo la cartografía, el equipo ha recorrido 175 kilómetros lineales y ha obtenido imágenes continuas del fondo marino de la laguna, desde la superficie hasta los siete metros de profundidad, utilizando una videocámara submarina arrastrada desde una embarcación.
Estas imágenes, georreferenciadas a través de un software especializado, se complementan con cerca de 130 observaciones directas georreferenciadas realizadas mediante buceo. Además, el grupo investigador ha empleado imágenes de satélite para validar las observaciones directas e indirectas obtenidas durante la campaña.
A partir de estas imágenes y observaciones, los investigadores han identificado las especies de macrófitos presentes en la comunidad bentónica, destacando el alga verde Caulerpa prolifera, las angiospermas Cymodocea nodosa y Rupia cirrhosa.
El primer mapa de las praderas marinas se elaboró en 2014, dos años antes de la llegada de la "sopa verde". Desde entonces, se han realizado cinco mapas adicionales, con la última actualización en 2024, siguiendo la misma metodología y diseño de muestreo.
Según el estudio, en 2016 más del 85% de las praderas marinas de la laguna desaparecieron por completo, transformando unas 11.352 hectáreas de cobertura vegetal en lodos desnudos. A pesar de un indicio de recuperación del 38% en 2017, correspondiente a Caulerpa prolifera, las praderas de Cymodocea nodosa no han mostrado signos de recuperación desde entonces.
Estos resultados indican una pérdida significativa y prácticamente permanente de las praderas marinas de Cymodocea nodosa, lo que conlleva una reducción en los servicios ecosistémicos que brindan, como la calidad del agua, la biodiversidad y la pesca.
Por otro lado, se ha observado un aumento en la dominancia de la alga Caulerpa prolifera en la laguna, relacionado con los aportes de nutrientes procedentes de la actividad humana, lo que hace a la laguna vulnerable a los efectos del cambio climático.
A pesar de la mejora en la calidad del agua gracias a la capacidad de filtro biológico de Caulerpa prolifera, esta capacidad se ve afectada por la pérdida de las praderas de Cymodocea nodosa. Por tanto, es crucial reducir los aportes de nutrientes a la laguna para prevenir futuros colapsos del ecosistema.
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