Un reciente estudio dirigido por el físico Marco Turco, de la Universidad de Murcia (UMU), en colaboración con Ivana Cvijanovic, del ISGlobal, centro impulsado por Fundación la Caixa, ha encontrado evidencias de que el cambio climático causado por el hombre es como el queroseno para los bosques de una región cada vez más árida y seca.
El artículo ha contado con la participación de otros expertos de la Universidad de California, la Universidad de Cantabria y el Lawrence Livermore National Laboratory.
El estudio, publicado en la revista PNAS, correlaciona el incremento del área quemada en los bosques de California con un aumento de la temperatura debido al cambio climático causado por la actividad humana.
A través de simulaciones numéricas, se ha reproducido el escenario antropogénico, es decir, el que contiene las emisiones de efecto invernadero, aerosoles o contaminantes atmosféricos; y el natural, que solo tiene en cuenta variaciones en la radiación solar, erupciones volcánicas o patrones oceánicos sin la contaminación generada por los humanos.
Las simulaciones de modelos que tienen en cuenta la actividad humana arrojan un 172% más de superficie quemada que si solo se tuviera en cuenta el escenario natural.
"El impacto del cambio climático antropogénico ha contribuido en gran medida a un aumento en la cantidad de áreas quemadas. Durante los años 1996 a 2021, se quemaron alrededor de 1.710 km2 por año, mientras que en el período de 1971 a 1995, se quemaron un promedio de 361 km2", aclara el investigador Marco Turco.
En las próximas décadas se espera un aumento anual de bosques quemados de hasta un 52% en el periodo de 2031 a 2050", pronostica Marco Turco.
El físico Marco Turco, de la UMU, pronostica que en las próximas décadas se espera un aumento anual de bosques quemados de hasta un 52%.
El aumento continuo de este fenómeno ha tenido un impacto dramático tanto en las actividades humanas como en los ecosistemas. Los diez incendios forestales más grandes de California han ocurrido en los últimos 20 años. Los bosques se han visto reducidos a cenizas y hollín, pero además del daño ambiental, esto también ha provocado problemas de salud y consecuencias socioeconómicas devastadoras.
Los autores sugieren que los responsables de la formulación de políticas y las comunidades pueden mitigar los impactos del cambio climático en los incendios forestales mediante la implementación de medidas como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora de las prácticas de manejo forestal, la inversión en sistemas de alerta temprana y recursos de lucha contra incendios, y la promoción de campañas de concienciación pública.
"Esperamos que nuestros hallazgos inspiren la colaboración entre las partes interesadas para desarrollar soluciones efectivas a este problema", reflexiona el investigador.
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