Murcia, 15 de octubre. En el contexto de la actual crisis ambiental que afecta al Mar Menor, Ángel Pérez Ruzafa, presidente del Comité Científico, ha emitido un nuevo aviso sobre la posibilidad de que la tan temida 'sopa verde' regrese a esta emblemática laguna. Durante la reciente reunión del Comité, Ruzafa indicó que la aparición de esta problemática depende estrictamente de las condiciones climáticas y ecológicas actuales.

Según Ruzafa, la llegada del otoño y el invierno representa una oportunidad favorable para el ecosistema del Mar Menor. Sin embargo, la recurrente presencia de fenómenos como las dana (depresiones aisladas en niveles altos) puede complicar la situación. Los científicos del Comité han señalado que los retrasos en la entrada de agua y la posible repetición de estos eventos meteorológicos son factores que podrían agravar la situación.

El catedrático de la Universidad de Murcia expresó su optimismo, afirmando que el sistema ha demostrado tener una notable capacidad de recuperación ante eventos adversos, generalmente logrando restablecerse en un plazo de dos a tres semanas. Ruzafa hizo hincapié en que no hay motivos para entrar en pánico, pero sí la necesidad de implementar medidas anticipadas. Para ello, propuso una gestión adecuada de la cuenca vertiente, una estrategia esencial para mitigar futuros acontecimientos que serán cada vez más frecuentes.

Referente al importante nivel freático del acuífero del Campo de Cartagena, Ruzafa admitió la existencia de diferencias entre las administraciones y la comunidad científica sobre el papel del Comité en esta problemática. En este sentido, el grupo se propone establecer objetivos prioritarios y evaluar diferentes soluciones, tomando en cuenta su urgencia, efectividad y los costos asociados, no solo económicos, sino también en términos de coordinación y planificación.

El experto también subrayó la importancia de observar la evolución de los niveles de clorofila, los cuales han alcanzado cifras alarmantes, así como las entradas de agua dulce que se han incrementado notablemente. Además, hizo hincapié en la gran cantidad de nutrientes y materiales suspendidos que está experimentando el ecosistema, consecuencia de las escorrentías.

En ciertos sectores, el nivel del acuífero ha ascendido entre 0,5 y 2 metros, mostrando una variabilidad geográfica notable. Por otro lado, la salinidad ha decrecido ligeramente, aunque se ha registrado una caída preocupante en los niveles de oxígeno, así como una turbidez que parece estar remitiendo, especialmente en la zona de La Manga, donde se han reportado mejoras en la calidad del agua.