En un alarmante comunicado, la Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia, conocida como Huermur, ha puesto de manifiesto la crítica situación de los últimos pinos centenarios en Churra, que se encuentran al borde de la extinción. A pesar de las alertas lanzadas en julio de 2024, el panorama se ha deteriorado aún más y solo quedan en pie ocho de los 26 ejemplares que fueron contabilizados en 2001, siendo uno de ellos un símbolo de agonía.

La organización recuerda que estos árboles tienen un estatus de protección tanto bajo el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia como bajo la Ley 14/2016 de Patrimonio Arbóreo Monumental, que obliga a las administraciones a proteger y cuidar estos valiosos monumentos naturales.

Huermur critica con dureza la falta de acción tanto del Ayuntamiento de Murcia como de la Comunidad Autónoma, que han observado con desdén el deterioro continuo de estos árboles a lo largo de los años, incumpliendo sus responsabilidades legales en su protección y supervisión.

Ante esta situación alarmante, la asociación ha decidido llevar el asunto a la justicia, al considerar que las autoridades podrían estar cometiendo delitos ambientales tal como se define en el Código Penal, en sus artículos 325 y siguientes.

Además, Huermur hace un llamado urgente para implementar un riego de socorro que ayude a salvar los pinos que aún sobreviven, especialmente en medio de la ola de calor que está afectando a la región. Solicitan que se actúe de inmediato para desentubar la acequia de Churra la Nueva, ya que el entubamiento actual podría estar contribuyendo a la desecación del ecosistema circundante.

La situación es tan crítica que tras una reciente visita, Huermur describió el paisaje como "desolador", catalogando lo observado como "horrendo y dantesco".

Los datos son claros: según el PGOU, en el año 2001 había 26 pinos, y en agosto de 2025 solo quedan ocho. Esto supone una pérdida del 70 por ciento de un patrimonio arbóreo que es parte integral de la historia y cultura de la huerta murciana, mientras las administraciones permanecen inactivas.

“Estamos siendo testigos de la lenta muerte de estos árboles centenarios, que están protegidos legalmente y son un componente esencial de la herencia viva de nuestra huerta. No permitiremos que este desastre ambiental pase desapercibido”, ha afirmado Sergio Pacheco, presidente de Huermur.

La asociación, en su cruzada por la conservación, exige que se lleve a cabo la replantación de tres pinos nuevos por cada árbol que se ha perdido, asegurando que las nuevas plántulas sean genéticamente similares a los supervivientes, para mantener la continuidad de este valioso conjunto arbóreo monumental.

Huermur concluye que la desaparición de más de dos tercios de estos pinos centenarios no solo es un golpe al patrimonio natural, sino que también representa una violación de los valores culturales del entorno, pidiendo acciones inmediatas y la asignación de responsabilidades a aquellos que han permitido esta crisis ecológica.