El 13 de julio en Murcia, la Asociación Profesional Independientes de la Guardia Civil (IGC) ha expresado su firme apoyo a los agentes que respondieron a los recientes disturbios en Torre Pacheco. Simultáneamente, la organización se ha alineado con la solicitud del alcalde de la localidad, Pedro Ángel Roca, para aumentar la presencia de la Guardia Civil en la zona, buscando así fortalecer la seguridad para todos los habitantes.

Los incidentes de los días 11 y 12 de julio, que incluyeron altercados en el barrio de San Antonio, evidencian una situación de alta tensión que requiere atención inmediata. “Estos acontecimientos subrayan la necesidad de incrementar tanto los recursos humanos como operativos en las unidades desplegadas en la región”, señalaron desde IGC.

Daniel Fernández, vicepresidente nacional de la IGC, enfatizó que “no se trata solamente de una cuestión de seguridad, sino de asegurar una convivencia pacífica”. Según él, la carga que asumen los agentes en momentos de disturbios es considerable, y no puede ser manejada con un número limitado de efectivos.

La asociación ha valorado positivamente el reconocimiento por parte del alcalde sobre la profesionalidad y la eficacia de los guardias civiles en su intervención para controlar la violencia en la localidad. IGC también elogia la cooperación entre las diferentes unidades, que permitió restaurar el orden en los puntos más conflictivos.

Fernández destacó la importancia de reconocer públicamente la labor de los agentes, afirmando: “Agradecemos el respaldo institucional del alcalde, porque en situaciones de violencia, son los guardias civiles quienes defienden a la ciudadanía, sin distinción alguna”.

El despliegue especial de unidades como USECIC y GRS fue crucial para contener la violencia que surgió tras una manifestación pacífica en repudio a la agresión de un vecino. Esta situación resultó en varios heridos, daños materiales y al menos una detención, generando una gran preocupación social.

Desde IGC señalaron que los guardias civiles actúan como defensores del orden y la seguridad para todos, independientemente de su origen o condición. “Están aquí para proteger a la comunidad en su totalidad. Durante los disturbios en Torre Pacheco, su tarea era salvaguardar a los ciudadanos, los comercios y los más vulnerables”, comentó Fernández.

En situaciones complejas como la de Torre Pacheco, los agentes son la última barrera contra la violencia, según Fernández. “Necesitamos más protección institucional, recursos adecuados y un firme apoyo público. Sin estas condiciones, no podemos garantizar ni la seguridad ni el Estado de derecho”, apuntó.

La IGC también ha manifestado su intención de monitorear cualquier ataque, coacción o amenaza hacia los miembros del cuerpo, pidiendo acciones rápidas por parte de la Justicia en tales casos. “No toleraremos agresiones a nuestros compañeros. Cualquier ataque contra un guardia civil es un ataque contra nuestra convivencia democrática”, advirtió Fernández.

Por último, la asociación reafirma su compromiso con la seguridad y el servicio público, insistiendo en la necesidad de un refuerzo constante en zonas que podrían enfrentar incidentes similares en el futuro.