La Policía Nacional alerta sobre el uso responsable de drones y sus posibles sanciones al volarlos sin autorización.
En un reciente comunicado emitido por la Jefatura Superior de Policía Nacional de la Región de Murcia, se han presentado una serie de recomendaciones sobre el uso de drones, especialmente en contextos urbanos. Estas zonas requieren especial atención debido a la complicada naturaleza de los vuelos y el riesgo inherente que representan tanto para las personas como para las propiedades cercanas.
Debido a estas consideraciones, muchas operaciones de vuelo de drones quedan excluidas de la categoría abierta, obligando a los pilotos a operar bajo una categoría específica que exige certificados y el cumplimiento de una serie de requisitos esenciales.
Un aspecto clave que se destaca es la necesidad de que los usuarios diferencien entre drones recreativos y aquellos clasificados como aeronaves, ya que estos últimos están sujetos a regulaciones nacionales que comenzaron a aplicarse oficialmente el 25 de junio de 2024.
A lo largo de los últimos años, el uso creciente de drones ha estado marcado por numerosas infracciones, muchas de las cuales se deben a la falta de conocimiento sobre la legislación vigente por parte de los usuarios, según informan las autoridades.
Es importante subrayar que el espacio aéreo es un ámbito compartido con la aviación tripulada, por lo que la seguridad debe ser la prioridad tanto en el aire, para evitar colisiones, como en tierra, para prevenir lesiones o daños materiales en caso de incidentes.
Antes de lanzarse a operar un dron, se aconseja a los usuarios consultar la plataforma oficial 'ENAIRE drones' para verificar si existen limitaciones en el área de vuelo, ya que es común que en entornos urbanos se impongan restricciones por la presencia de infraestructura crítica como aeropuertos o hospitales.
La Policía Nacional ha clasificado los drones en tres categorías: abierta, específica y certificada, cada una con sus propias regulaciones. La categoría abierta está destinada a operadores o pilotos que son nuevos en esta actividad; generalmente, es donde vuelan la mayoría de los aficionados sin necesidad de autorizaciones previas.
Esta primera categoría permite a los usuarios volar sin complicaciones, siempre y cuando no superen los 120 metros de altura y mantengan el contacto visual con el dron. Las operaciones se consideran seguras si no hay personas o estructuras densas en la zona de vuelo.
En contraste, la categoría específica se limita a operadores profesionales que necesitan una aprobación específica de las autoridades, mientras que en la categoría certificada, se requiere la certificación del dron y del piloto, así como la obtención de una licencia para operar en ciertas condiciones.
Para los vuelos en entornos urbanos, es crucial notificar al Ministerio del Interior sobre el plan de vuelo con al menos cinco días de anticipación. Las normativas prohíben sobrevolar aglomeraciones de personas o terrenos privados sin el consentimiento del propietario.
Además, se enfatiza la importancia de respetar la privacidad de los ciudadanos y de mantener siempre una distancia de diez metros de edificios y construcciones, sin exceder los 120 metros de altura y controlando el dron dentro del alcance visual del piloto.
Las sanciones por incumplimiento de estas normativas pueden ser severas, con multas que varían desde 60 euros hasta 225.000 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción.
Para volar un dron, es necesario registrarse como operador ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y obtener un número de identificación que debe estar visible tanto en el dron como en el control remoto.
Adicionalmente, algunos modelos requieren que la función de 'Identificación a distancia directa' esté habilitada, permitiendo la transmisión de información sobre el dron en uso sin necesidad de acercarse físicamente a él.
Por último, se insta a los operadores a recibir formación adecuada y a verificar las geozonas o áreas restringidas mediante aplicaciones de mapas, teniendo en cuenta la necesidad de coordinación en caso de operar cerca de bases aéreas como San Javier o Alcantarilla.
La Policía Nacional recalca que la responsabilidad del vuelo recae completamente en el piloto, quien debe estar siempre al tanto de las normativas vigentes y consciente de la posible presencia de otras aeronaves, así como de servicios de emergencia en las ciudades.
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