"Tradiciones murcianas de Todos los Santos: Sábanas blancas para honrar a los fieles difuntos y sus misteriosas apariciones"
La Región de Murcia mantiene vivas tradiciones ancestrales en torno al Día de Todos los Santos, donde prácticas centenarias marcan el regreso simbólico de los difuntos a sus hogares. Una costumbre destacada es la de preparar dormitorios con sábanas limpias, un gesto que busca ofrecer descanso a las almas de aquellos que han partido.
Según Antonio Botías, cronista oficial y periodista cultural, esta tradición implica limpiar y adornar una habitación de la casa con sábanas frescas, creando un espacio acogedor para que las ánimas regresen temporalmente. Botías señala que este ritual es una práctica que persiste en varios pueblos de la huerta murciana, transmitiéndose de generación en generación.
El relato de Botías sugiere que la llegada de los difuntos no solo tiene la finalidad de reposar, sino que también se cree que pueden revelar secretos importantes a sus descendientes, como dónde hallar tesoros ocultos o cómo completar tareas que dejaron pendientes en vida. Esta conexión entre el pasado y el presente es una faceta fascinante de la cultura local.
El periodista también reflexiona sobre cómo estas tradiciones se ven amenazadas por la creciente influencia del consumismo, que impulsa a muchas personas a optar por celebraciones como Halloween en lugar de honrar sus raíces culturales. Según él, esta serie de ritos y creencias son un recordatorio de la riqueza de las tradiciones que rodean estas fechas y de la necesidad de preservarlas.
Botías recuerda que, en la huerta de Murcia, el misterio de la Noche de Todos los Santos también se vivía intensamente, donde las almas podían ser vistas deambular a lo largo de los senderos, iluminadas por la luz de faroles solitarios y rodeadas por los fragantes aromas de naranjas y limones.
La noche del 1 de noviembre era especialmente evocadora, pues las manifestaciones de las almas podían provocar temor, pero también servían en ocasiones más cotidianas, como el pedido a un difunto para que nos despertara a una hora concreta. Esta dualidad resalta el vínculo entre lo trascendental y lo cotidiano que caracteriza a la cultura murciana.
Asimismo, no hace tanto, las vísperas del Día de Difuntos eran acompañadas por el olor tentador de los tostones (palomitas de maíz), elaborados de diversas formas: dulces, salados o con anís. También eran comunes las castañas asadas, boniatos y otros dulces tradicionales, que enriquecen la celebración. Sin duda, estos alimentos forman parte de la experiencia sensorial de esta época del año.
En la parroquia de San Bartolomé, un retablo antiquísimo reza una significativa advertencia: "A las Ánimas Benditas no te pese hacer bien, que Dios sabe si mañana serás ánima también”. Este mensaje invita a la reflexión sobre la relación entre los vivos y los muertos, recordando que todos compartimos un destino común.
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