La OCU aconseja evitar el maquillaje en niños menores de tres años en Halloween y sugiere comprar en establecimientos especializados.
La celebración de Halloween está a la vuelta de la esquina, y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha emitido una serie de recomendaciones orientadas a garantizar la seguridad de los más pequeños durante las festividades. Su objetivo es que tanto el maquillaje como los disfraces elegidos para esta ocasión sean seguros y no representen riesgos inesperados para los niños.
A la hora de elegir maquillaje para los pequeños, la OCU destaca la importancia de verificar que el producto tenga el marcado CE, lo que indica que cumple con las normativas de seguridad como juguete. Además, se debe prestar especial atención a las etiquetas: es esencial que indiquen la fecha de apertura y los ingredientes, evitando aquellos que contengan perfumes, fragancias, parabenos, BHA y BHT, que pueden ser perjudiciales.
También se aconseja prescindir del maquillaje para los niños menores de tres años y evitar el uso de sangre falsa en quienes tengan menos de 14 años, ya que este tipo de productos a menudo incluye componentes tóxicos que pueden resultar dañinos si se ingieren. En caso de aplicar este tipo de productos, es crucial no aplicarlos en áreas delicadas como los párpados o la boca.
Para prevenir posibles alergias, se recomienda realizar una prueba en una pequeña zona de la piel del niño antes de aplicar el maquillaje de forma general, observando cualquier reacción adversa como picazón o enrojecimiento. En tal caso, es fundamental enjuagar bien la zona con agua.
Asimismo, se sugiere evitar el uso de esmaltes de uñas, dado que sus disolventes pueden ser peligrosos si los niños tienden a llevarse las manos a la boca. De igual forma, los sprays para el cabello deben ser descartados, ya que contienen sustancias químicas que podrían ser accidentales al ser inhaladas o ingeridas.
En cuanto a los disfraces, la OCU señala que, aunque deben llevar el marcado CE, es esencial mantener a los niños lejos de fuentes de fuego, como velas o bombillas, al igual que de cualquier aparato de calefacción. La seguridad es una prioridad, y tomar estas precauciones puede evitar accidentes desagradables.
Para los más pequeños, es recomendable evitar disfrazarlos con cintas o accesorios afilados que puedan suponer un peligro, y asegurarse de que cualquier adornos o componentes del disfraz no se pueden romper en piezas pequeñas que puedan causar asfixia.
Al abrir el disfraz, se aconseja deshacerse de las bolsas de plástico inmediatamente para prevenir riesgos de asfixia, y, si es lavable, limpiarlo antes de que los niños lo utilicen. Si no se puede lavar, se sugiere airearlo durante al menos 48 horas para reducir la concentración de sustancias nocivas que pudieran estar presentes.
Cuando llegue el momento de la compra, la OCU recomienda optar por tiendas especializadas en lugar de plataformas online, donde los controles de calidad pueden ser más laxos. Es importante que la etiqueta del disfraz indique claramente la dirección del fabricante o importador.
Por último, en relación a las lentillas de fantasía que suelen asociarse con el Halloween, como las de serpiente o vampiro, la OCU advierte sobre los riesgos de comprarlas en bazares o tiendas de disfraces. Es fundamental adquirir este tipo de productos solo en ópticas bajo la supervisión de un profesional, quien podrá garantizar que no se compromete la salud ocular de los pequeños.
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