En el año 2024, la Región de Murcia ha reportado un total de 38 casos de hepatitis A, 12 de hepatitis B y 124 de hepatitis C, según los últimos datos proporcionados por la Consejería de Salud. Esta información se presenta en el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, el cual se celebrará el próximo 28 de julio y busca crear conciencia sobre la importancia de la prevención de estas enfermedades.
La Consejería ha enfatizado la necesidad de adoptar medidas preventivas para evitar la transmisión de estas hepatitis, tales como el uso adecuado de jeringuillas, la práctica de sexo seguro y la realización de procedimientos estéticos en centros debidamente acreditados y que cumplan con las normativas sanitarias pertinentes.
Los virus de la hepatitis se dividen en cinco tipos principales: A, B, C, D y E. En el contexto español, las hepatitis A, B y C son las más comunes. En particular, el reporte del servicio de Epidemiología destaca que, de los 38 casos de hepatitis A, la gran mayoría se han registrado en hombres, con una proporción notablemente mayor. En efecto, se han documentado 3,75 veces más casos en hombres que en mujeres, una cifra que contrasta significativamente con el año anterior, donde la ratio fue de 1,2.
En cuanto a la hepatitis B, de los 12 casos notificables en 2024, el 83% corresponde a hombres. Del total de casos, la mitad requirió hospitalización, aunque afortunadamente no se han reportado fallecimientos. El contacto sexual ha sido identificado como el principal factor de riesgo para la transmisión de esta hepatitis.
Respecto a la hepatitis C, se identificaron 124 nuevos casos, siendo un 69% de ellos en hombres. Solo cuatro de las nuevas detecciones fueron infecciones agudas, mientras que un preocupante 35% de los diagnósticos se realizó de manera tardía, lo que resalta la necesidad de una mayor concienciación y acceso a pruebas diagnósticas.
La hepatitis A es una infección viral aguda que se propaga principalmente a través de la vía fecal-oral. Aunque puede presentar síntomas severos, especialmente en adultos, no conduce a infecciones crónicas, lo que la diferencia de otras hepatitis. Su prevención es factible gracias a una vacuna que está recomendada para grupos en riesgo, incluidos viajeros a áreas con alta incidencia, enfermos hepáticos crónicos y hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres.
La transmisión de las hepatitis B y C se produce en gran medida a través de sangre contaminada, relaciones sexuales desprotegidas y de madre a hijo durante el parto. Es importante destacar que las vías sexuales son más significativas para la hepatitis B que para la C. Este contexto resalta la urgencia de promover prácticas seguras y el acceso a la información sobre estas enfermedades.
Las hepatitis crónicas B y C representan un riesgo considerable, dado que son las principales causas de cirrosis y cáncer de hígado a nivel global. La prevención y el diagnóstico temprano son, por tanto, cruciales. A pesar de esto, la región ha logrado una cobertura vacunal superior al 98% en la inmunización contra la hepatitis B en los últimos años.
El control durante el embarazo incluye la evaluación de la hepatitis B, asegurando que todos los recién nacidos de mothers portadoras reciban vacunación e inmunoglobulina, lo cual es vital para prevenir la transmisión neonatal.
El diagnóstico temprano es esencial para un tratamiento efectivo de las hepatitis virales. Hoy en día, los tratamientos para la hepatitis C crónica tienen tasas de curación que alcanzan casi el 95% en tratamientos de solo tres meses, lo que representa un avance significativo en la lucha contra estas infecciones.
Desde 2015, la Consejería de Salud ha implementado un sistema de información robusto para el seguimiento de nuevos diagnósticos de hepatitis C, permitiendo no solo estimar la incidencia anual, sino también analizar las características epidemiológicas de los enfermos, un paso importante para mejorar las estrategias de prevención y tratamiento en la región.
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